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jueves, 26 de noviembre de 2009

El Capital, de Karl Marx (II)

ARTÍCULO ANTERIOR: El Capital, de Karl Marx (I)


3. EL DINERO SE CONVIERTE EN CAPITAL (De M-D-M a D-M-D’)


3.1. La fórmula de la circulación simple de mercancías

Ya hemos visto que la fórmula de circulación simple de mercancías es M-D-M (Mercancía – Dinero – Mercancía). El vendedor/a cambia su mercancía por dinero para luego adquirir otra mercancía, es decir, cambia un valor de uso por otro utilizando como mediador entre ambos el dinero. El zapatero trabajaba cuatro horas en unos zapatos y cuando los vendía, vendía el producto de cuatro horas de trabajo por un dinero con el que compraba a su vez un producto en el que se habían invertido cuatro horas de trabajo.

El fin último del zapatero es cambiar un valor de uso por otro, vende zapatos y compra alimentos, sillas y mesas, ropa…

La fórmula, en este caso, es M4 – D4 – M4. El zapatero obtiene lo que necesita gracias a su trabajo.


3.2. La fórmula general del capital

Para el empresario capitalista es diferente, se cambian completamente los términos: la fórmula general del capital es D – M – D’. El capitalista no vende para comprar sino que compra para vender, más exactamente, compra para vender más caro.

El fin deseado por el capitalista es simplemente enriquecerse. El punto de partida y el de llegada son lo mismo: el dinero. Desde luego que para que el capitalista tenga éxito en lo que pretende al final del proceso la cantidad de dinero debe haberse acrecentado. La fórmula que persigue nuestro capitalista es D4 –M4 – D6.

Pero, ¿de dónde sale este dinero de más que encontramos?

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3.3. La producción de la plusvalía

Marx llamó a este dinero de más plusvalía o plusvalor, es decir, valor añadido.

Según algunos economistas este excedente nace en el momento de la venta: el capitalista simplemente vende la mercancía por encima de su valor. Por ejemplo, contrata al zapatero y le paga 4 oro por cada par de zapatos, y luego los vende a 6 oro.

Pero Marx no estaba ni mucho menos de acuerdo con estos economistas; él miró las cosas con una perspectiva más amplia, y en vez de sacar sus conclusiones de un solo ejemplo como éste, estudia el proceso de forma general.

Bien, dice, supongamos con estos economistas que la plusvalía surge en el momento de la venta, de vender a 6 oro algo que ha costado fabricar 4 oro. Pero, ¿y ese comprador que se ha gastado 6 en vez de 4? Ese comprador, forjador de metales por ejemplo, se encuentra de repente con que el tiempo que empleaba en fabricar una lámpara de aceite, casualmente 4 horas, no le da para comprar un par de zapatos, que han subido a 6. ¿Qué hace? Pues vende la próxima lámpara a 6. Y se la vende a un granjero, que al notar la subida del precio de lo que compra, sube también lo que vende para no perder dinero.

En poco tiempo encontramos a nuestro capitalista, que se creía más listo que nadie, comprando dos gallinas al granjero a 3 oro cada una cuando antes le costaban solo 2. Es decir que vuelve a gastar lo que antes creía haber ganado.

Para que estos economistas tuviesen razón, nos sigue diciendo Marx, tendríamos que suponer que existe una clase de vendedores que jamás compran, pues sólo así no se gastarían el dinero de más que antes ganaron.

La ventaja que vemos en el análisis de Marx sobre el resto de los economistas se debe a que Marx conocía y manejaba un concepto que los otros desconocían o negaban: el de las clases sociales.

La clase capitalista está compuesta por vendedores, pero también son compradores. Así que según el supuesto anterior. lo que pasaría es que algunos capitalistas se enriquecerían mientras que otros perderían dinero, y pasado un tiempo sucedería al revés, los que antes perdieron ganarían y los otros perderían. Se robarían unos a otros, en palabras de Marx.

Los hechos mostraban otra cosa bien diferente: la clase burguesa se enriquecía en su conjunto. ¿De dónde saca esa cuota de plusvalía? ¿Cómo se incrementa el capital?



4. EL TRABAJO ASALARIADO


4.1. Definición de capital

Acabamos de ver que según Marx el capitalista no consigue su ganancia, la plusvalía, en el momento de la venta, es decir simplemente comprando algo y vendiéndolo más caro.

Si la plusvalía no se da en la venta debe darse por la fuerza en el momento anterior, el momento de la producción.

Vamos a imaginarnos que en la Inglaterra de 1850 un capitalista, que heredó una buena suma de dinero de su familia, decide montar una fábrica de zapatos para aumentar su fortuna. Posee un terreno para ello, y si no, lo compra y construye en él la fábrica. Necesita además la maquinaria (que se ha inventado ya) con sus repuestos y su mantenimiento, la materia prima, el combustible de la maquinaria y del edificio (electricidad o candiles, por ejemplo) y a los trabajadores (la fuerza de trabajo).

La fórmula general del capital se rellena de la siguiente forma:

D –M – (Med Prod / fuerza de trabajo) – Producción de M’ – D’
Dinero – Mercancía (medios de producción, incluyendo materias primas, y fuerza de trabajo) – Producción de mercancía transformada – Dinero.

Dentro de la fábrica encontramos al tatara…nieto de nuestro querido zapatero convertido en obrero proletario, vendiendo su trabajo (en realidad su fuerza de trabajo) al patrón a cambio de un salario.

La palabra obrero proviene de operación, es decir que un obrero es un operador de una maquinaria industrial.

El concepto de proletario es más amplio e implica a todo aquél que por carecer de capital en propiedad, no tiene para comerciar en el mercado más que su fuerza de trabajo (es decir, sus músculos, su cerebro y su tiempo), que se ve obligado a vender como una mercancía a un propietario para sobrevivir.

Lo que obtiene a cambio de vender su fuerza de trabajo es lo que llamamos salario. Marx llamó a este trabajo “trabajo mercancía” porque se trata de una mercancía y que compra y se vende a pesar de ser el tiempo y el esfuerzo de una persona; además está sujeta a las leyes de mercado, mientras más oferta hay de puestos de trabajo, más elevado puede ser el salario que pidan los obreros, y al contrario, si existe más demanda que oferta los empresarios aprovecharán para pagar poco.

El trabajo mercancía o fuerza de trabajo, como todas las mercancías, tiene también un valor de uso y un valor de cambio o propiamente valor. Si recordamos que para Marx el valor de una mercancía viene dado por el coste de producción de la misma, para calcular el valor de la fuerza de trabajo tenemos que atender a sus costes de producción.

¿Y cuáles son los costes de producción de un trabajador, que es quien vende su fuerza de trabajo? Pues aquí tenemos que incluir
1) el coste de los medios necesarios para la existencia del obrero (comida sobre todo, ropa y un lugar donde descansar)
2) el coste de los medios necesarios para el sustento de la familia del obrero (pues cuando un obrero muere o está incapacitado para trabajar debe ser sustituido por otro, la procreación de la clase obrera es fundamental para el capitalismo)
3) los gastos necesarios para la formación del obrero en la profesión que desempeñará

¿Cómo se calcula el valor de la fuerza de trabajo?

El valor de uso de la fuerza de trabajo es, precisamente, que es creadora de valor. En otras palabras, el obrero consume menos de lo que produce.

Sabiendo esto estamos ya en condiciones de responder aquella pregunta que quedó en el aire: ¿Cómo se produce la plusvalía?

Volvamos a la fábrica del capitalista donde trabaja nuestro zapatero y detallemos la inversión que hace y los resultados que obtiene en un día de trabajo:

Materias primas (cuero, caucho, clavos, hilo y pegamento) 2000
Mantenimiento y desgaste de las máquinas 50
Combustible máquinas y fábrica (carbón, electricidad…) 150
Fuerza de trabajo (salario diario de 10 obreros) 200
---------
2400

Durante la jornada de trabajo de ocho horas se han terminado 200 zapatos, tras haberse invertido 2400 oro. Es decir que cada zapato o zapatilla ha costado 12 oro, que es precisamente el precio al que se están vendiendo en el mercado. De esta forma el capitalista no obtiene ninguna plusvalía, así que dobla la producción doblando la jornada de trabajo pero mantiene una cifra sin alterar: el coste de la fuerza de trabajo. Paga al obrero como si trabajase ocho horas pero le obliga a trabajar dieciséis. La cosa queda entonces así:

Materias primas 4000
Mantenimiento y desgaste máquinas 100
Combustible demás energía 300
Salario obreros 200
---------------
4600 / 400 zapatillas = 11,5

Obligando al obrero a trabajar el doble del tiempo de lo que realmente se le paga, el patrón consigue bajar en 0,5 oro el coste de producción de cada zapatilla, con lo que al venderlas a su precio de mercado, 12 oro, gana en total 200 oro que en justicia, según lo trabajado, debía pertenecer al salario de los trabadores.

La plusvalía no es más, entonces, que el beneficio que saca el capitalista explotando a los obreros.



SIGUIENTE ARTÍCULO: El Capital, de Karl Marx (III)


*Estos materiales pertenecen a la colección Acercarse a Carlos Marx, elaborada por Atrapasueños para la Fundación de Investigaciones Marxistas

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