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6. EL PROCESO DE ACUMULACIÓN DEL CAPITAL
En este apartado se dará respuesta a esa cuestión que quedó en el aire al final de la primera parte, ¿cómo es posible que el trabajo asalariado empobrezca a los trabajadores/as en vez enriquecerlos? La clave está en mirar al proletariado y a los capitalistas como clase, no por individuos aislados. Y así se descubre al Capital como un monstruo que se alimenta del trabajo asalariado (de la plusvalía) para crecer más y más, y extender su poder de vampirizar el trabajo de quienes no tienen otra posesión más que esa. Pero lo cosa no queda ahí. Vamos a verlo.
6.1. La reproducción simple
Las personas necesitan producir para vivir. Viven gracias a que consumen lo que producen. Y porque consumimos, debemos producir de nuevo. La producción es un proceso que se repite continuamente, día a día, mes a mes, cosecha a cosecha...
La reproducción no es más que el proceso continuado de la producción. Como existen diferentes modos de producción, existen también diferentes modos de reproducción: cada familia produce para sí misma, o produce para sí misma la mitad del tiempo y la otra mitad para el señor feudal, o se produce solo para el amo como esclavos, o se produce a cambio de un salario, o se produce para la comunidad y se recibe una parte proporcional de todo lo producido para la comunidad...
La reproducción simple es una de las formas de la reproducción capitalista.
Si nos situamos a comienzos de la época capitalista, y volvemos a la fábrica de calzado que nuestro viejo conocido rico heredero montó para seguir siendo rico, lo veremos con un ejemplo:
La inversión total que hizo el heredero fue de, por ejemplo, 1 millón de euros, dividido en 800 mil de capital constante (medios de producción y materias primas) y 200 mil de capital variable (los salarios de los trabajadores/as). Ya conocemos los mecanismos económicos internos de la fábrica, así que supondremos directamente que el capitalista extrae de sus trabajadores/as una tasa de plusvalía del 100%. El resultado es una ganancia anual de 200 mil euros.
Pero hete aquí que nuestro capitalista es un “pelín” gastoso, y que debido a sus desmesurado gusto por dar fiestas para sus amigos ricos, y a su desmedida afición por la ruleta y el póker, dilapida la fortuna que gana tan pronto como cae en sus manos... Aunque no pierde la sonrisa porque sabe que ese dinero gastado no es más que la plusvalía ganada explotando a los trabajadores. A lo largo del año siguiente volverá a robar otros 200 mil euros para sus fiestas.
Cuando un capitalista gasta toda la plusvalía que obtiene en, digamos, “atenciones personales”, el proceso se llama reproducción simple.
En teoría el proceso puede repetirse sin variación una y otra vez. Sin embargo, este mecanismo de la reproducción simple, frecuente en los primeros años del modo de producción capitalista, cuando las fábricas eran pequeñas, no tuvo más remedio que desaparecer dejando paso a la reproducción ampliada.
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6.2. La reproducción ampliada. La plusvalía se convierte en capital
La reproducción ampliada se da cuando el capitalista reinvierte una parte de los beneficios obtenidos en ampliar la producción.
Antes se gastaba toda la plusvalía en atenciones personales, ahora gasta sólo una parte, y el resto lo invierte de nuevo en el proceso de producción.
Imaginemos que nuestro capitalista consigue dejar de jugar a la ruleta y al póker y que de los 200 mil euros de plusvalía que gana en un año, invierte la mitad en ampliar la producción.
El primer año la inversión fue de 1 millón de euros, divididos en 800 mil de capital constante y 200 mil de capital variable. La proporción entre ambos tipos de capital es de 4/1, cuatro partes de c. c. por una de c. v.
La reinversión de los 100 mil euros se hace en la misma proporción de 4/1, es decir 80 mil en c. c. y 20 mil en c. v. Con lo que las cuentas del año siguiente son de 1.100.000 de capital total invertido, dividido en 880.000 de c. c. y 220.000 de c. v.
Manteniendo la tasa de plusvalía en un 100%, los beneficios generados por los obreros serán de 220.000 €. Repitiendo el mismo proceso año tras año el capitalista aumentará el dinero que puede gastar en atenciones personales y a la vez irá ampliando su capital.
Capitalización
Esta reinversión de la plusvalía en el proceso de la producción se llama capitalización. El propietario, que ha obtenido una plusvalía del capital invertido, vuelve a invertir una parte de la plusvalía en capital. Así que el proceso es circular: si antes se extrajo plusvalía del capital, ahora se crea capital de la plusvalía.
Con este procedimiento, la empresa capitalista se alimenta a sí misma (se alimenta del trabajo no retribuido de los obreros, la plusvalía), y va creciendo más y más. De hecho, gracias al mecanismo de la competencia, las empresas capitalistas se encuentran lanzadas a una carrera por la supervivencia. El empresario que no aumenta su capital, acabará, más tarde o más temprano, perdiéndolo.
6.3. La ley general de la acumulación capitalista
El capitalista va acumulando un capital cada vez mayor en sus manos. Compra más máquinas y herramientas y materias primas. Contrata a más obreros.
“Así pues, la acumulación del capital equivale al aumento del proletariado.”
Éste es un punto importante y conviene que nos detengamos en él. Intentaremos ver por medio de nuestro ejemplo que la empresa capitalista, el capital, crea sus propios trabajadores asalariados, el proletariado.
Quedamos que nuestro heredero montó una fábrica a principios de la era capitalista, pero no especificamos dónde. Así que ahora podemos situarla en el extrarradio de un pueblo donde hay trece zapaterías artesanas, o lo que es lo mismo, trece maestros zapateros con sus correspondientes oficiales y aprendices.
La fábrica comienza a funcionar con veinte trabajadores, porque en nuestro pueblo no hay paro. Gracias a la maquinaria, de la que carecen los maestros zapateros, la productividad de la fábrica es mucho mayor, y los precios de su mercancía mucho más baratos. En un par de años ha arruinado a nueve de las trece zapaterías. Pongamos un maestro, cuatro oficiales y diez aprendices por zapatería, multiplicamos por nueve y obtenemos el número de personas que han quedado sin empleo. 135 personas de las cuales 45 (los oficiales y maestros) mantenían una familia de 5 miembros cada una.
La calle de las zapaterías ha quedado sin vida, pero ahí no queda todo: la calle de las curtidurías ha notado el cierre de las zapaterías a las que abastecían de cuero. Los curtidores también tienen familia. Y varios vaqueros no tiene a quién vender su cuero...
En fin, la fábrica ha arruinado a más de 50 familias y dejado sin una fuente de ingresos a muchas más. Pero ella ha generado plusvalía, se capitaliza, y el capital se acumula en aquella proporción que nos resulta conocida: 4/1.
Recordamos que con 200 mil euros se paga el salario a 20 obreros/as. De los 100.000 de plusvalía reinvertida en la proporción 4/1, hay 20.000 de capital variable.
Hacemos cuentas. Después de la ruina que ha provocado, después del paro que ha generado, al capitalista le hacen falta dos obreros más.
6.3.1. La composición orgánica del capital
Marx llamó “composición orgánica del capital” a la proporción que existe, en un capital dado, entre capital constante y capital variable. En nuestro ejemplo, la composición orgánica del capital del fabricante de calzado era de 4/1. Cualquier nueva inversión debe realizarse en teoría en la misma proporción: Tanto invertido en la compra de medios de producción, tanto invertido en la compra de fuerza de trabajo para transformar las materias primas.
En realidad la composición del capital está en continuo movimiento. Pero, ¿en qué dirección varía? ¿Cuáles son los factores que influyen en la variación?
La fábrica de calzado arruinó a los pequeños productores en poco tiempo, pero tiene otros enemigos de mayor tamaño. Efectivamente, una fábrica de similares características se ha instalado en una zona cercana y le hace la competencia. Para seguir vendiendo, tiene que aumentar la productividad, tiene que conseguir fabricar más calzado a menor coste.
Si recordamos que los factores decisivos en el desarrollo de las fuerzas productivas son: la intensidad del trabajo, la especialización de los trabajadores o el desarrollo tecnológico, recordaremos también cómo estos factores determinaron las tres fases de desarrollo del capitalismo.
Ahora volvemos a nuestra conocidísima fábrica de calzado, e imaginando su interior, intentaremos averiguar cuál sería la composición orgánica de su capital.
1. Cooperación simple. Cada trabajador fabrica los zapatos en su totalidad, corta, cose, pega y tinta. La composición orgánica del capital puede ser de 1/1, la misma inversión en capital constante y en capital variable.
2. Manufactura. Cada trabajador/a realiza una acción diferente y están organizados en cadena. Se ha instalado la especialización del trabajo y se gana en productividad: el mismo número de trabajadores produce un número mayor de zapatos. Esto implica un mayor gasto en materias primas y demás medios de producción, mientras que el gasto en salarios sigue siendo el mismo. La composición del capital varía a, supongamos, 2/1.
3. Maquinismo. Las máquinas realizan las principales operaciones y el trabajador se convierte en su accesorio. La introducción de la maquinaria tuvo un efecto revolucionario dentro de la fábrica, pues al realizar el trabajo de varias personas, éstos fueron despedidos. La inversión en c. c. aumentó, mientras que la inversión en c. v. disminuyó. La composición orgánica del capital de la fábrica varió a, digamos, 4/1.
La tendencia es clara: aumento del capital constante a costa del variable. Es decir, cada vez se consigue producir más con menos personas.
La tendencia es clara: aumento del capital constante a costa del variable. Es decir, cada vez se consigue producir más con menos personas.
6.3.2. Capital individual, capital global y capital social
“Los numerosos capitales individuales invertidos en una rama determinada de la producción tienen una composición mas o menos diferente entre sí. El promedio de sus composiciones individuales nos da la composición del capital global de esa rama de la producción. Finalmente, el promedio global de las composiciones medias de todas las ramas de la producción nos da la composición del capital social de un país, y en última instancia es a éste al que nos referiremos a continuación.” El Capital. Capítulo XXIII
Con estas sencillas operaciones matemáticas amplía Marx la perspectiva de su estudio desde el capital y producción de una fábrica hasta el capital social de un país determinado.
Las operaciones serían:
Fábricas de calzado en Andalucía: 407.
Composición orgánica de capitales individuales: 4/1, 5/1, 4/1, 3/1, 7/2,... media total (la suma de todas las fracciones dividida por el número de fábricas) = 5/1 composición del capital global de la rama industrial de zapatería.
Fábricas de tejido en Andalucía: 340.
Composición orgánica de los capitales individuales: etc.
Composición orgánica de capitales individuales: 4/1, 5/1, 4/1, 3/1, 7/2,... media total (la suma de todas las fracciones dividida por el número de fábricas) = 5/1 composición del capital global de la rama industrial de zapatería.
Fábricas de tejido en Andalucía: 340.
Composición orgánica de los capitales individuales: etc.
La suma de los capitales globales de cada rama industrial dividida por el número de ramas: calzado 5/1, tejidos 6/1, carbón 3/1, etc., nos da como resultado la composición orgánica del capital social de Andalucía.
6.3.3. Acumulación, concentración y centralización de capitales
Concentración de capitales
El movimiento de la concentración de capitales es idéntico al movimiento mismo de la acumulación. Cuando el dueño de la fábrica de zapatos arruina a los pequeños productores y los pone a su servicio, está concentrando los medios de producción, incluido el trabajo asalariado que para él es una cifra más. Acumula y concentra el capital en sus manos.
Otros capitalistas hacen lo propio en las mismas y en diferentes ramas de la industria. Si la moderna fábrica de zapatos ha arruinado a los zapateros de una zona, otra fábrica similar arruina a los de otra zona. Y mientras hace desaparecer o engulle al pequeño productor, entabla la lucha contra los capitalistas vecinos ocupados en el mismo sector.
Bien. En esta lucha entre tiburones (competencia empresarial capitalista), el que sale siempre perdiendo es el pececillo asalariado. El tiburón que más y mejor explote, ganará la batalla.
Centralización de capitales
Digamos que la concentración del capital es el resultado final de la batalla entre el empresario capitalista y el trabajador independiente, convertido tras su derrota en obrero proletario, asalariado del vencedor.
Pues la centralización de capitales es el resultado final de la batalla económica entre los capitalistas. El fabricante que ha logrado vender sus productos en la zona del vecino, puede acabar arruinándolo, y el otro no tendrá más remedio que asociarse o vender. En ambos casos la centralización sigue su curso.
La centralización aumenta y acelera vertiginosamente los efectos de la acumulación, y amplía y acelera al mismo tiempo los cambios operados en la composición orgánica del capital, aumentando la parte constante a costa de la variable. Ya sabemos lo que esto significa.
6.4. Producción progresiva de un ejército industrial de reserva
“La acumulación del capital que al principio se presenta como su ampliación cuantitativa, se efectúa, como hemos visto, en un continuo cambio cualitativo de su composición, en el aumento incesante de su parte constante a costa de su parte variable” XIII, 3.
Las primeras empresas capitalistas en una rama de la industria, acumulan y concentran capital ampliando su producción, reinvirtiendo en medios de producción (c. c.) y contratando a más trabajador@s.
En esta ampliación cuantitativa se basa el empresario para gritar a los cuatro vientos que si la empresa va bien, dará trabajo a más gente. Pero desde luego se cuida bien de ocultar que esas personas necesitan trabajo gracias a que se las ha arruinado previamente, como ya hemos visto.
La empresa capitalista empobrece a los trabajadores/as independientes de la rama industrial donde se instala. Luego absorbe a una mínima parte de ellos, a los que contrata como asalariados/as. Pero es que más tarde, la acumulación cuantitativa por la que se hacía necesario contratar más trabajadores/as, es contrarestada por el cambio cualitativo en la composición orgánica del capital, por el cual se despide a los obreros/as.
A MODO DE RESUMEN. Los ricos más ricos, los pobres más pobres.
“En la sección cuarta veíamos, al analizar la producción de la plusvalía relativa, que dentro del sistema capitalista todos los métodos para elevar la fuerza productiva social del trabajo se efectúan a costa del obrero individual; todos los medios para el desarrollo de la producción se truecan en medios de dominio y explotación del productor, mutilan al obrero convirtiéndolo en un hombre parcial, lo degradan a la categoría de apéndice de la máquina, destruyen con la tortura del trabajo el contenido de éste, lo enajenan las potencias espirituales del proceso del trabajo en la misma medida en que se incorpora a éste último la ciencia como ciencia autónoma; deforman las condiciones en las que se trabaja, lo someten durante el proceso del trabajo al despotismo más odioso y mezquino, transforman su tiempo de vida en tiempo de trabajo, lanzan a su mujer y a su hijo bajo la rueda de Juggernatut del capital. Mas todos los métodos para la producción de plusvalía son al mismo tiempo métodos de acumulación, y toda expansión de la acumulación se convierte, por el contrario, en medio de desarrollo de esos métodos. De donde se sigue que, a medida que se acumula el capital, tiene que empeorar la situación del obrero, cualquiera que sea su retribución, alta o baja. Finalmente, la ley que mantiene siempre la superpoblación relativa o el ejército industrial de reserva en equilibrio con el volumen y la energía de la acumulación, encadena al obrero al capital de una manera más sólida que las cuñas de Hefesto encadenaban a Prometeo a las rocas. Esta ley determina una acumulación de capital. Así, pues, la acumulación de riqueza en un polo es al mismo tiempo acumulación de miseria, tormento de trabajo, esclavitud, ignorancia, embrutecimiento y degradación moral en el polo opuesto, es decir, en el lado de la clase que produce el producto propio como capital”.
*Estos materiales pertenecen a la colección Acercarse a Carlos Marx, elaborada por Atrapasueños para la Fundación de Investigaciones Marxistas
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